Nos estamos acercando al amanecer de un espectacular salto en la longevidad. La esperanza de vida se ha triplicado en los últimos 250 años. ¿Encontraremos pronto el santo grial de la inmortalidad?
La comunidad científica nunca ha estado más cerca de descubrir la fuente de la juventud, uno de los mitos más antiguos de la humanidad. De la Epopeya de Gilgamesh a Dorian Gray, revisando el pacto de Fausto; de Hércules a Peter Pan, pasando por Benjamin Button, la búsqueda de la inmortalidad y la eterna juventud han sido un tema recurrente en la literatura y el cine durante las últimas décadas. Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX que la investigación médica empezó a interesarse en este tema.
¿Cómo podremos vivir mejor y más saludable a pesar del proceso de envejecimiento?
¿Cómo podremos lograr frenar, o incluso detener, nuestros relojes biológicos?
En biología, la senescencia celular es un proceso fisiológico que causa una lenta degradación de las funciones de las células que hacen que nuestro organismo envejezca. Empresas y médicos están buscando continuamente cómo encontrar la forma de detener el proceso de envejecimiento, o al menos ralentizarlo considerablemente.
La ciencia promete ahora actuar con nanopartículas, reparando ADN, regenerando células y fabricando tejidos y órganos a partir de células madre. Algunos investigadores sueñan con aumentar nuestras capacidades cognitivas interconectando nuestras células y neuronas con componentes informáticos… Lo que era ciencia ficción hace tiempo, ahora puede casi hacerse realidad con la medicina regenerativa o las células madre autólogas que se reinyectan con fines médico-estéticos.
Durante mucho tiempo, examinar los seres vivos resultó increíblemente complejo. Los tejidos, órganos y células eran extremadamente delicados para analizar y manipular. Entender nuestras funciones biológicas parecía una tarea insuperable, pero la situación tecnológica actual ha revolucionado la medicina. Hace unos años, el coste de secuenciación del genoma humano era de 3 mil millones; ahora se ha vuelto más asequible, lo que permite una mayor personalización en el proceso de curación de cada persona. No nacemos iguales en este sentido, y el tratamiento ideal de una persona puede ser ineficaz para otra.
El mapeo genético personalizado es, por lo tanto, uno de los pilares de la ciencia de la longevidad. No define nuestra edad cronológica sino, más bien, nuestra edad biológica, actuando como consecuencia de las causas y facilitando la medicina preventiva.
Además de los probióticos, de los suplementos alimenticios y vitamínicos, y de la medicina preventiva, ¿qué más se puede hacer para frenar el paso del tiempo? ¡La buena noticia es que hay mucho que podemos hacer! 
Estudios realizados en gemelos «reales e idénticos» sugieren que los genes son responsables en un 25% de la esperanza de vida, y las interacciones con el medio ambiente (epigenética) del 75% restante. Otros estudios sugieren que, dependiendo de la persona, la genética representa entre el 30 y el 70% en su longevidad. Esta proporción varía de persona a persona, ya que las relaciones entre nuestros genes y medio ambiente son complejos.
Lo que está claro, sin embargo, es que cambiar nuestros estilos de vida no solo podría alargar nuestras vidas, sino también nos permiten disfrutarlas al máximo, con toda nuestra energía. Estamos hablando, por supuesto, sobre los hábitos de tener una vida y alimentación saludable, haciendo ejercicio físico regularmente. Es importante fomentar nuestro propio bienestar a través de un masaje, un paseo por el bosque o la meditación, permitiéndonos crear una armonía entre mente y cuerpo y, por consecuencia, una influencia positiva en nuestra salud, logrando un punto de equilibrio.
Sin embargo, el salto más revolucionario podría provenir de las increíbles hazañas de la naturaleza.
Los científicos están estudiando la medusa Turritopsis Nutricula. Esta pequeña criatura tiene un poder fascinante: hoy en día es la única especie inmortal, con un ciclo interminable de regeneración, un proceso llamado transdiferenciación a través del cual sus células no mueren y pueden transformarse en otras diferentes. Tal vez la humanidad podrá algún día desvelar los secretos de su inmortalidad.
Nuestras consultas de longevidad
Mientras, hasta que se logre, puede ir descubriendo el secreto de la vida a través de nuestras consultas de longevidad con la Dra. Méndez, especialista en anti-aging en Clinique La Prairie Madrid. Nuestras consultas tienen como objetivo ayudar a prolongar la vida de nuestros pacientes con la máxima calidad posible, ralentizando el envejecimiento celular, y evitando enfermedades a través de la medicina preventiva y cambios en los estilos de vida.
Dra. Lisbeth Méndez
Nuestros especialistas realizarán un chequeo al paciente: examen físico y de composición corporal, analíticas, estudio genético, estudio de telómeros, estudio hormonal, de minerales, así como oligo-elementos, estrés oxidativo y metales pesados. Gracias a los resultados podrán ofrecerle recomendaciones y cambios en el estilo de vida con un enfoque integral y preventivo de la salud, cimentando su longevidad sobre nuestros cuatro pilares fundamentales: cuidados médicos, nutrición, movimiento y bienestar.
